Un carnaval diferente.

Llega febrero y ya huele a carnaval, las calles llenas de colores, disfraces, alegría.

Dani es un niño al que le apasiona el carnaval, lo vive cada año con ilusión, con ganas, el ayuda a su madre a coser sus originales disfraces, este año se le ocurrió la idea de ir de rey león ya que en verano estubo con sus padres en el musical y para el desfile del colegio iría genial.

Acaba de cumplir 12 años y a su padre se le ocurre la idea de apuntarlo a una comprasa ya que Dani toca el tambor y como le gustan tanto los carnavales será algo inolvidable para él. Jose y Carmen padres de Dani van una tarde a hablar con el director de la comparsa de su pueblo la cual participa en diferentes ciudades y pueblos durante el mes de febrero y parte de marzo, le comentan que a su hijo desde pequeño le gusta el carnaval y que su sueño era estar en una comparsa, tocando el tambor, el director le dice que ellos no pueden hacerse cargo de un niño tan pequeño y siendo minusválido, que ellos tienen un ritmo elevado, el padre le dice que no se preocupe que ellos lo llevan en su coche cuando desfilen en otro pueblos, pero este aún así no cede, Jose y Carmen indigandos se van ya que no comprenden lo que acababan de escuchar. Al llegar a casa Dani le pregunta a sus padres que como ha ido todo, que si ya estaba dentro del grupo de comparsa y sus padres por no hacerle daño y que el chico no sufriera le comentaron que el grupo estaba completo y que ya tendría que ser otro año, Dani lo comprendió aunque su mirada era de tristeza. Llegó la noche y todos se fueron a dormir, Jose no era capaz y le decía a su mujer que tendrían que buscar una solución, que si niños más pequeños que Dani estaban en comparsas, como su hijo no iba a estar, si era un sueño para él.

Al día siguiente Jose comentó a un compañero de trabajo todo lo ocurrido y este le dijo que conocia a una comparsa pequeña que iba por primera vez a participar en el desfile de Badajoz y en los pueblos de alrededor, decidido se fué una vez terminada su jornada a hablar con los participantes y se encontró con Marta, la directora de música, hablaron y Jose le dijo que su hijo tiene 12 años que es apasionado de los carnavales y que su sueño es estar en una comparsa tocando el tambor, Marta encantada le dice que por supuesto que encantada de que estubiera en su grupo, lo único que tendría que hacer es ensallar durante las tarde antes al desfile y este le dijo que por eso no habría problema, Jose también le comentó que su hijo era minusválido y que se lo decía porque ya había tenido problemas con otra comparsa que no lo aceptaban, Marta sorprendida ante lo que le contó Jose, le miró a los ojos y le dijo ¡eso no es ningún problema! Dani va a estar con nosotros, Dani va a disfrutar, va a vivir el carnaval desde dentro, ajustarían el estandarte para que el fuese comodo y el desplazamiento a los demás pueblos no sería nada complicado ya que sus padres le acompañarian en todo momento, Jose no pudo contener las lagrimas de alegría y se marcho corriendo a casa para contarselo a Dani y su familia. Una vez que todos conocieron la noticia, llenos de alegría se fueron a celebrarlo.

La siguientes semanas Dani después del cole y una vez terminado sus deberes, iba a ensallar con sus compañeros ya que el carnaval estaba a la vuelta de la esquina.

Llegó el día más esperado por Dani y todos los componentes de su comparsa, iban a Badajoz, la ciudad donde el carnaval se vive con el corazón. Nervios y más nervios recorrian su cuerpo pero una vez que  tocó el tambor fué como si estuviera en el ensallo, solo tenia que disfrutar, los camaras de Canal Extremadura comentaban que era una comparsa nueva pero que pisaba fuerte y claro que pisaba ya que su musica hacia que a muchos de sus ciudadanos se le pusieran los pelos de punta. Finalizado el desfile y dando los premios quedaron en una buena posición, Dani miró a sus padres y les dijo gracias. El director de la primera comparsa se disculpó a los padres de Dani, diciendo que había cometido un error y que todo es posible. Fué un día lleno de emociones.

Lo bonito del carnaval es poder vivirlo con otras personas dispuestas a disfrutar con alegria de él.